Dieta baja en FODMAPs

Esta es una dieta baja en hidratos de carbono fermentables: F (fermentables) O (oligosacáridos) D (disacáridos) M (monosacáridos) A (and) P (polialcoholes).

Los FODMAP no se digieren totalmente en el intestino delgado llegando hasta el colón y aquí son fermentados rápidamente por la microbiota intestinal. Son “alimento” para las bacterias buenas y “malas” del intestino. A raíz de la fermentación se produce gas y la consiguiente distensión abdominal. También debido a su alta capacidad osmótica (atraen al agua), y pueden provocar desequilibrio de los fluidos, alterar el peristaltismo, creando dolor abdominal y a veces deposiciones de poca consistencia.

Es la dieta más utilizada tanto para SIBO (síndrome de intestino irritable) como para el SII (síndrome de intestino irritable). También puede ser una estrategia útil en caso de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.

Pero cuidado!, es una dieta que siempre hay que hacerla bajo supervisión de un profesional y durante un periodo corto de tiempo. Esta dieta no debería mantenerse más de 6 semanas de manera estricta.

Es muy importante que esté diseñada de forma personalizada según la enfermedad y sintomatología de cada paciente. Por ejemplo, no se hará de la misma manera en un paciente que tiene SIBO con estreñimiento que una persona con intestino irritable y diarreas.

Hay que tener en cuenta también la tolerancia de cada paciente.

En la segunda fase del tratamiento haremos una reintroducción por moléculas, es decir, iremos introduciendo las diferentes moléculas de fodmaps para ver la tolerancia del paciente a cada una de ellas.

Y, por último, en la última fase estableceremos el plan nutricional con las conclusiones halladas.

En conclusión, es una dieta que puede suponer una mejora en la sintomatología digestiva e intestinal pero no supone la cura de la enfermedad ni conviene llevarla a largo plazo.